Los autores pueden utilizar herramientas generativas de IA y asistidas por IA para ayudar en la preparación de manuscritos, siempre que estas tecnologías no sustituyan la experiencia, el criterio o la originalidad humanos. Si bien las herramientas de IA pueden ayudar a sintetizar la bibliografía, generar ideas o mejorar la claridad, los autores siguen siendo plenamente responsables de verificar la exactitud, imparcialidad e integridad de cualquier contenido generado por IA, asegurándose de que todas las contribuciones reflejen genuinamente su propio análisis y sus propias ideas. También deben salvaguardar la privacidad de los datos y la propiedad intelectual revisando los términos y condiciones de cualquier herramienta de IA utilizada.
El uso responsable exige a los autores que eviten introducir información confidencial o personalmente identificable en los sistemas de IA y que se abstengan de generar imágenes, voces o contenidos que puedan infringir los derechos de otros. Los autores también deben asegurarse de que las herramientas de IA no impongan restricciones que puedan limitar la publicación del manuscrito final. La transparencia es esencial: todo uso sustantivo de herramientas de IA debe revelarse en una declaración específica, en la que se especifique la herramienta, la finalidad y el nivel de supervisión humana, aunque las simples revisiones gramaticales o ortográficas no requieren revelación. Las herramientas de IA no pueden figurar ni citarse como autores, ya que la autoría conlleva responsabilidades que solo los seres humanos pueden cumplir, tal y como se establece en nuestro Código Ético de RTE (5.9 - Código de ética RTE).
Para Revisores
Los revisores deben tratar los manuscritos enviados y sus propios informes de revisión como documentos estrictamente confidenciales. No pueden cargar ninguna parte de un manuscrito, ni ningún contenido de su revisión, en herramientas de IA generativa, ya que hacerlo podría violar la confidencialidad del autor, los derechos de propiedad o la privacidad de los datos. La revisión por pares requiere juicio humano, pensamiento crítico y evaluación independiente; por lo tanto, no se deben utilizar tecnologías generativas de IA o asistidas por IA para evaluar el contenido científico de un artículo, ya que estas herramientas pueden producir conclusiones inexactas, incompletas o sesgadas. Los revisores siguen siendo plenamente responsables de la exactitud e integridad de sus informes, tal y como se establece en nuestro Código Ético de RTE (2. Responsabilidad de los revisores – Código de ética RTE).
Si bien los autores pueden utilizar herramientas de IA durante la preparación del manuscrito con la supervisión y divulgación adecuadas, los revisores deben basarse únicamente en su experiencia a la hora de evaluar el trabajo.
Para los Editores y el Proceso Editorial
Los editores deben seguir principios similares a los de los revisores a la hora de gestionar todo el proceso editorial: seleccionar a los revisores, supervisar las evaluaciones, tomar las decisiones finales y comunicar los resultados. Los editores también tienen la responsabilidad de actuar si sospechan que los autores o revisores hacen un uso indebido de la IA, de acuerdo con el Código Ético de RTE (6. Apelaciones y quejas – Código de ética RTE).
La Revista Tecnológica Espol - RTE® integra la IA y las herramientas asistidas por IA en su flujo de trabajo de publicación para agilizar las tareas y mejorar la experiencia de los autores, revisores y editores. Estas tecnologías ayudan a emparejar los manuscritos con los revisores adecuados, detectar envíos duplicados y recomendar lugares de publicación alternativos cuando es necesario. La IA también ayuda al personal a realizar comprobaciones técnicas iniciales, garantizar el cumplimiento de los requisitos de envío y respaldar las evaluaciones de integridad de la investigación.
La IA se utiliza además después de la aceptación para ayudar en tareas como la preparación de pruebas, la edición de textos y la señalización de inconsistencias en los manuscritos finalizados. Sin embargo, todas las decisiones editoriales y de publicación siguen estando bajo supervisión humana, y la IA funciona únicamente como una herramienta de apoyo.

